La mejor terapia, es la búsqueda del equilibrio
Las definiciones más comunes de SALUD la describen como «un estado de bienestar y equilibrio». A veces pareciera que en nuestra sociedad contemporánea, esto se hubiera reducido a que «nuestro cuerpo funcione bien»; y pues, si no te sientes bien anímicamente, eso ya es otro tema que se trata muy particularmente, y al que llaman «salud mental»; sin que tenga aparentemente absoluta relación con lo que sucede en nuestro cuerpo, parte del SER.
En nuestra medicina amazónica, y me atrevo a decir que en todas las medicinas de nuestras culturas originarias, la salud se consideraba – y se considera aún, si tenemos en cuenta que el aislamiento ha conservado nuestras tradiciones – un estado de bienestar relacionado con 3 aspectos:
1.Corporal, cómo funciona tu cuerpo como unidad por la que vivimos en este plano de existencia.
2. Mental, lo que «tenemos adentro». Pasado, emociones, sentimientos, experiencias
3. Lo espiritual; esto es, la forma en que te relacionas con el universo y los seres que te rodean. En la terminología oriental me parece que corresponde al famoso término «karma»
Los tres influyen poderosamente en el bienestar. Por lo tanto, la forma en la que te curas y recuperas el equilibrio y la SALUD, es actuando a estos tres niveles. Es por esto, que los procedimientos de nuestra medicina incorporan estos tres ingredientes; es decir:
1. Que hay experiencias corporales, y uso de plantas o sustancias para curar a nivel físico
2. Hay experiencias de nivel psíquico y transpersonal poderosas (sesiones con plantas psicoactivas, «dietas» o retiros y aislamientos con alimententación especial en lo profundo del bosque). Yo diría que éstas son excepcionalmente transformadoras en la medida que lo permitamos,
3. Tenemos un fuerte componente espiritual y ritual, de gran acercamiento a la naturaleza, los «espíritus» que viven en ella, a sentirnos como seres de esta tierra como parte de ella.
No en vano, volvemos nuestra atención a este fabuloso conocimiento, que sigue más vigente que nunca, revelándose a nosotros.